RECUPERA EL CLIMA POSITIVO EN LA PAREJA
¿Cómo recuperar el clima positivo en la pareja?
Se acerca San Valentín, un día del año en el que nos encontramos corazones por todos lados y restaurantes llenos de parejas que festejan su unión. Sin embargo, es posible que no todas las parejas se encuentren en su mejor momento y se sientan arrastradas, en estas fechas, a celebrar un amor que se tambalea.
Si vuestra relación está cargada de tensiones, reproches y situaciones estresantes, es probable que os encontréis envueltos en un ambiente o clima negativo. Normalmente esto deriva de una comunicación incorrecta, de una falta de momentos satisfactorios en pareja y de pensamientos distorsionados acerca del otro miembro o de la relación.
Si quieres aprovechar el 14 de febrero para intentar salvar tu relación de pareja, vamos a explicar algunos ejercicios terapéuticos que pueden ayudarte a conseguir tu objetivo.
1. Caja de regalos emocionales.
Escribe en trozos de papel cualidades que ves en tu pareja, acciones que realiza que te agradan, acontecimientos del pasado compartidos que te gustaron, etc… por ejemplo: “¡qué bien te sienta el vestido rojo que te pones los sábados!”, “me encanta cuando me dejas el café preparado por las mañanas”, “disfruté mucho en aquel viaje a Granada”…
Mete estos papelitos doblados dentro de una caja y ponla en un lugar en el que tu pareja pueda ir abriendo uno cada día. Podemos ir añadiendo papelitos cada vez que queramos.
2. Caja de los deseos.
Cada miembro de la pareja deberá escribir en trozos de papel (seleccionando un color distinto para cada miembro), deseos o actividades que le gustaría que el otro hiciera. Todos los papeles se meterán en la caja y cuando uno de los miembros quiera complacer al otro seleccionará un papelito y lo llevará a cabo. Cuando se vayan acabando los papeles podéis ir añadiendo nuevos deseos.
3.Citas.
Con este ejercicio pretendemos volver a tomar contacto con aquello que hizo que os enamorarais. Se trata de volver a compartir momentos los dos a solas. Cada semana, uno de los miembros será el responsable de preparar una cita. Se debe pensar en los gustos de la pareja para tratar de agradarla y sorprenderla, de manera que, lo único que se acuerde con antelación sea el día y la hora.
4. Regalar ocio individual.
Para que una relación de pareja sea sana, además de tener un área compartida, es necesario que exista un espacio individual de ocio. Animar al otro miembro a realizar actividades de manera individual puede uniros más como pareja.
Puedes, por ejemplo, regalarle un bono para clases de guitarra, una tarjeta regalo para un curso de cocina, clases de equitación o cualquier actividad que sepas que siempre ha querido hacer pero que no se anima a dar el paso.
5. Pilla a tu pareja haciendo algo agradable.
Cada uno de los miembros registrará todas aquellas acciones, conductas, actitudes o detalles que nos parezcan agradables del otro. Un día a la semana, previamente acordado, se las haremos saber.
Recuerda siempre, que la terapia de pareja, llevada a cabo por psicólogos especializados, puede ayudaros a mejorar vuestra relación mediante la evaluación, análisis y tratamiento de los problemas que puedan estar superando todos vuestros intentos de solución.
Metáfora “La mirada del amor”
“El rey estaba enamorado de Sabrina, una mujer de baja condición a la que el rey había hecho su última esposa.
Una tarde mientras el rey estaba de cacería, llegó un mensajero para avisar que la madre de Sabrina estaba enferma. Pese a que existía la prohibición de usar el carruaje personal del rey (infracción que se pagaba con la cabeza), Sabrina subió al carruaje y corrió junto a su madre.
A su regreso, el rey fue informado de la situación.
– ¿No es maravillosa? -dijo- esto es verdadero amor filial. No le importó su vida para cuidar a su madre ¡Es maravillosa!
Cierto día, mientras Sabrina estaba sentada en el jardín del palacio comiendo fruta, llegó el rey. La princesa lo saludó y luego le dio un mordisco al último melocotón de la cesta.
– ¡Parecen ricos! -dijo el rey.
– Lo son -respondió la princesa. Y alargando la mano le cedió a su amado el último melocotón.
– ¡Cuánto me ama!- comentó después el rey-, renunció a su propio placer para darme el último melocotón de la cesta. ¿No es fantástica?
Pasaron los años y, a saber por qué, el amor y la pasión desaparecieron del corazón del rey.
Sentado con su amigo más confidente, le decía:
– Nunca se portó como una reina… ¿Acaso no desafió mi prohibición usando mi carruaje? Es más, recuerdo que un día me dio a comer una fruta mordida”.
Jorge Bucay; “Déjame que te cuente”.