Síntomas secundarios de la Depresión

La Depresión es un Trastorno emocional caracterizado por dos síntomas principales o primarios: la tristeza vital, una tristeza profunda y permanente y la anhedonia, pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades habituales y no habituales.

No podemos disfrutar con nada. Pero no es solamente eso, la enfermedad depresiva es mucho más, afecta a todo nuestro organismo. Es por ello que hablamos de síntomas secundarios de la Depresión.

La sensación es que todo nuestro cuerpo funciona mal y así es. A veces no sabemos lo que nos pasa, nos sentimos mal, tanto anímicamente como físicamente.

Muchas veces es necesario un estudio orgánico para descartar otras patologías; los síntomas pueden abarcar tantos sistemas que sería difícil enfermar de tantos órganos a la vez.

¿Cuáles son estos síntomas?

Alteraciones del sueño, como insomnio o dormir demasiado.

Es más frecuente el despertar precoz, te despiertas de madrugada, a veces sobresaltado, y es imposible volver a conciliar el sueño. En otras ocasiones el depresivo se duerme durante el día de forma irremediable.

Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.

A todas horas aparece el cansancio, es como si el cuerpo pesara el doble. En los casos más graves la postración es el estado habitual de la persona.

Disminución o aumento del apetito casi todos los días.

Suele ser un cambio sustancial con lo habitual en ese individuo. Es más frecuente no ingerir apenas alimentos, se come por obligación y enseguida hay sensación de plenitud que impide continuar con la ingesta. En el caso contrario se come desaforadamente, sobre todo, hidratos de carbono.

Pérdida importante de peso o aumento de peso.

Como consecuencia del síntoma anterior.

Ansiedad, inquietud o agitación.

Según la intensidad del síntoma. Normalmente no se sabe por qué, lo cual genera más zozobra.

Retraso psicomotor o enlentecimiento.

Tanto para razonar como para hablar y moverse. No responde ni el cuerpo ni la mente a las necesidades habituales.

Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas.

En algunas depresiones, si esta es muy intensa, hay que hacer diagnóstico diferencial con la demencia.

Sentimientos de inutilidad o culpa, fijación en fracasos del pasado o autorreproches.

Es como si todo lo malo que hemos vivido viniera de repente a nuestra mente, incluso, a veces, distorsionando el recuerdo para mal.

Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos de poca importancia.

Es como si no fuéramos los mismos, el carácter está distorsionado.

Problemas físicos inexplicables.

Diversos dolores que no eran habituales como dolores de cabeza, de espalda, de cuello, de estómago, sensación de ahogo, presión en el pecho, sudoración excesiva, picores, hormiguilla, diarrea o estreñimiento, alteraciones menstruales, alteraciones sexuales, y cualquier síntoma físico que se nos ocurra puede estar motivado por una depresión. De ahí la necesidad de consultar al médico de familia estos síntomas por si alguno de ellos fuera ocasionado por otra patología intercurrente. No tienen por qué aparecer todos, lo más habitual es que haya alguno de ellos.

Pensamientos frecuentes o recurrentes sobre la muerte.

Desde pensamientos pasivos sobre la muerte hasta incluso suicidio, pasando por deseo de morir o ideas de suicidio no muy estructuradas o sin una clara intencionalidad. Es fundamental explorar ese síntoma.

No todas las personas con depresión presentan todos estos síntomas y no todas los presentan con la misma intensidad, pero es bueno identificarlos y conocer que son debidos a esta patología. De esa forma, una vez identificados estos síntomas, se puede comenzar a trabajar con ellos de manera que el individuo recupere un adecuado funcionamiento en las actividades diarias de la vida cotidiana y, con ello, su bienestar.

Antonio Micol Torres

Médico-Psiquiatra

 

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Trastornos del Estado de Ánimo en Niños

Trastornos del Estado de Ánimo en Niños

En el artículo de hoy abordamos los trastornos del estado de ánimo en niños y, en concreto, vamos hablar sobre las diferencias que caracterizan a los niños en comparación con las personas adultas a la hora de sufrir problemas anímicos, sobre todo depresivos.

No hace falta ser psicólogo para entender a una persona depresiva, triste, con sentimientos negativos y pensamientos a veces pesimistas, que ha perdido la esperanza y la ilusión. Los psicólogos llamamos anhedonia a esa dificultad que sufren los pacientes depresivos para poder sentir placer y disfrutar de las actividades, cosas, relaciones interpersonales y rutinas que anteriormente les producía ese sentimiento de bienestar que tanto nos vitaliza cuando estamos bien.

¿Qué observamos en los niños?

Seguro que se nos ocurren muchas cosas. Se suele hablar de esos niños irritables, que viven como enfadados y malhumorados, como si les pasara algo que nadie entiende. A veces no duermen bien, no quieren ir a dormir, ni quieren jugar y se encierran en su propia rabia. En la literatura científica esto es uno de los criterios diagnósticos de la depresión infantil, son síntomas por exceso de función, en vez de por defecto; es decir, en vez de ver un niño triste, con un sentimiento de pérdida, o angustia depresiva, vemos un chico rabioso, alterado, demasiado movido, incluso muy inquieto.

La dificultad de los niños para conectar con sus sentimientos

Este aspecto es el que me gustaría hoy llevar a reflexión: esta dificultad que tienen los niños en la primera infancia para poder conectar con los sentimientos de debilidad o fragilidad, lo cual se debe a la falta de estructuración psíquica en tan tiernas edades. A veces esto se reproduce en la crisis de la adolescencia, momento en el que el niño debe duelar la infancia y despedirse de un cuerpo infantil, de una mente infantil para poder ser hombre o mujer, pasando sus padres a ser «otros padres», de ahí el duelo, que los chicos suelen mostrarse como en deuda con el mundo, sobre todo con lo que está relacionado con la serie materna o con lo adulto (profesores, padres, médicos, etc.).

Quizá podamos pensar la omnipotencia adolescente como una defensa a esa caída depresiva que produce el duelo en estas fases del desarrollo psíquico. Es más divertido estar de mala leche que triste. Al menos la rabia da vidilla.

Cuando pensamos los trastornos del estado de ánimo en los niños debemos tener presentes dos aspectos:

1. El grado de estructuración psíquica del pequeño

2. El funcionamiento del entorno familiar

Los que escuchamos las angustias infantiles sabemos que los niños realizan duelos por cuestiones que los adultos pueden considerar insignificantes (un juguete, una mudanza, separarse de un ser querido…).

Respecto al punto 1, podemos pensar la gran diferencia con la que asume la pérdida, por ejemplo, de un ser querido, un niño que ha adquirido la diferencia yo-no yo de otro que aún no tiene claro ese límite. Los niños dependen de la mirada del otro y es por ello que los niños más pequeños cuando se separan de una figura de apego significativa sienten que pierden una parte de sí mismos, lo cual produce una fractura interna. Por así decirlo, sería como si él mismo se rompiera internamente o no lograra armar su estructura psíquica.

Respecto al punto 2, cuando tenemos una mamá deprimida, o pasando un duelo, el pequeño queda como «tomado» por el duelo en el que está inmersa la persona amada para él, ya que no está diferenciado de ella, y es como si lo arrastrara en su propia depresión, cayendo en una especie de derrumbe sin límite, sin fondo.

Estos niños a veces se enfrentan no sólo a la pérdida de un ser querido, sino a la «muerte en vida» de la persona que lo cuida, que está como «disociada», con la mirada perdida, desconectada emocionalmente para poder cuidar y llevar las cargas de la vida adulta, pero muy triste. Este tema lo describe muy bien André Green en su capítulo «La madre muerta» de su libro «Narcisismo de vida, narcisismo de muerte».

A veces frente al duelo por un ser querido los niños se mueven en exceso para mostrar que ellos están vivos, pudiendo expresar en ese movimiento desorganizado, sin palabras, un sufrimiento que no pueden decir de otro modo. Quizá algunos niños TDAH quieran «despertar» a una madre o padre dormidos, desvitalizados, aletargados, cansados, tristes… (¡»mamá, aquí estoy, mírame, cuídame, ponme límites, dame amor, disfruta conmigo y de mí!»).

Recuerdo el caso de un niño que perdió a su hermano mayor, que acudía a consulta por mal comportamiento, desafiante y de difícil manejo a nivel familiar y escolar, que contaba su madre que tras perder a su hijo no pudo lavar a éste en 4 años, porque se quedó muy deprimida. Además ella temía cualquier situación peligrosa por si también perdía a éste. El paciente aseguró una vez «mi hermano no sólo se llevó el alma de mi madre, sino la mía».

La importancia del trabajo de los sentimientos de culpa en los niños

Cuando trabajamos con niños tenemos que cuidar mucho el tema de la culpa, ya que en los niños es muy sutil, y está como a flor de piel, y el sentimiento de culpa les produce una inhibición en su desarrollo evolutivo, a veces un bloqueo afectivo, ya que la culpa en los niños es aplastante. A pesar de que el niño no sea consciente de ello, el terapeuta, y también los adultos de referencia debemos nombrar que ellos han hecho lo que han podido, que no son culpables de lo ocurrido, para proteger su narcisismo y que éste pueda desarrollarse de forma sana.

La herramienta por excelencia con la que contamos los psicólogos infantiles es el juego libre, el juego simbólico, tanto modelando, dibujando, como cantando o construyendo figuritas de papel para que el niño que no puede representar su conflictiva psíquica mediante palabras lo pueda exponer y darle un sentido, hasta que consiga metabolizarlo a su ritmo y dentro de sus posibilidades psíquicas.

Los pediatras y maestros que se relacionen con los pequeños, al igual que la familia, no deben minimizar la angustia depresiva en los niños, no debemos trivializar el sufrimiento psíquico en la infancia, ya que el malestar emocional es intergeneracional y debe ser escuchado y entendido para que el paciente pueda «utilizarnos» de forma especular y seamos su voz y sostén en este proceso de crecimiento y alivio que conlleva cualquier acto terapéutico hacia los niños.

Ana Belén Tejero

Psicóloga Clínica, especializada en el ámbito infanto-juvenil

 

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Logopedia en Atención Temprana (1)

Cómo puede ayudarte un logopeda

Ser padres es uno de los mayores retos que se nos plantean en nuestra vida, y como tal, cuando nos enteramos de la esperada noticia nos asaltan multitud de dudas y preguntas que intentamos resolver a través de libros, revistas, documentales y, por supuesto, la experiencia de personas de nuestro entorno.

Durante el embarazo y los primeros meses de vida recibimos una gran cantidad de información sobre modelos de crianza, alimentación, peso, motricidad o primeras palabras, siempre desde la perspectiva de un desarrollo estandarizado. Por ello, es tan importante conocer las características de la logopedia en atención temprana.

¿Qué sucede si mi hijo tiene dificultades desde el nacimiento o su desarrollo no es como marcan los estándares?

Lo más importante es contactar con el profesional adecuado para intervenir en las necesidades que nuestro hijo demanda. Si observamos que el niño tiene dificultades en la alimentación y la comunicación (lenguaje -oral y escrito-, habla, voz o funciones orofaciales) será necesario solicitar la valoración de un logopeda, dado que es el profesional sanitario encargado de prevenir, evaluar, diagnosticar y tratar tales dificultades.

Trastornos del neurodesarollo

Debemos estar atentos y saber identificar ciertos signos de alarma que nos harán sospechar si nuestro niño necesita un logopeda.

  • Cuando se habla de trastornos del neurodesarrollo hay señales claras, que sin embargo pueden pasar desapercibidas. En la siguiente tabla se muestran algunas:
EdadSeñales
7 meses– No responde cuando le llaman por su nombre. – No vocaliza ni sonríe como respuesta al hablante.
9 meses– No hay respuesta significativamente diferente a extraños y familiares. – No le preocupa permanecer solo durante períodos prolongados de tiempo.
12 meses– No utiliza ni gestos ni sonidos para pedir. – No hay intención de comunicar. – No entiende ninguna instrucción ni ritual social sencillo.
15 meses– No imita ni sonidos ni gestos sencillos. – No señala con el dedo para pedir. – No comprende órdenes sencillas (negación, dame, ven…). – No usa palabras con sentido referencial.
24 meses– No combina dos palabras para formar frases. – No señala con el dedo personas/objetos familiares cuando se le nombran. – No ejecuta órdenes habituales. – No aumenta su vocabulario. – No imita acciones sencillas de forma diferida – Muestra poco interés hacia las personas o niños de su entorno. – No utiliza los objetos de forma adecuada. – No hace juego ordinario con juguetes habituales para su edad. – Realiza movimientos repetitivos extraños. – Se resiste a cambios de rutinas.

Si algunas de estas señales se ven reflejadas en el comportamiento de tu hijo, se debería consultar con un logopeda, pues será el encargado de evaluar, diagnosticar y tratar los aspectos del lenguaje afectados.

Otras dificultades

Por otro lado, existen otras señales de alarma que nos harán sospechar de una posible dificultad. A continuación, se destacan varias de ellas:

  • A mi hijo le cuesta mucho mamar, se cansa, y me han salido grietas. En ese caso puede no haber una correcta coordinación succión-deglución, puede que el bebé no se esté agarrando de la forma adecuada, y un sinfín de teorías más. La cuestión es que hay que averiguar por qué sucede eso y solucionarlo. Lalactancia no tiene que ser difícil ni dolorosa, y si ese es el caso hay que contactar con un logopeda especializado, que junto con la asesora en lactancia y la enfermera pediátrica es el profesional indicado para establecer un tratamiento efectivo.
  • Mi bebé ha tenido que ser ingresado en la UCIN y está siendo alimentado a través de una sonda ¿Podrá comer alguna vez por boca? ¿Qué alternativas tengo? El logopeda es el profesional encargado de valorar, adaptar y tratar la alimentación del pequeño.
  • Mi bebé ha nacido con fisura labiopalatina ¿Cómo lo amamanto? ¿Cuál es el proceso que nos espera? Junto con el pediatra y el maxilofacial, el logopeda será el profesional encargado de asesorar y adaptar la lactancia y rehabilitar la zona afectada para minimizar el máximo posible las dificultades de respiración, deglución y habla.
  • Mi hijo respira siempre por la boca, tiene mocos de forma continua, ronca por las noches… Puede que estemos ante un caso de respirador oral,lo que puede desembocar en un niño con déficit atencional e inquieto, y que, además, se le está modificando la estructura facial. El logopeda ayudará a valorar por qué el niño respira continuamente por la boca, derivará al otorrino y odontopediatra y trabajará en la rehabilitación de las funciones orales afectadas.
  • No entiendo a mi hijo cuando habla, hay fonemas que no dice o que sustituye por otros… Podríamos estar hablando de un Trastorno de los Sonidos del Habla, donde podemos encontrar dificultades fonéticas y fonológicas, y el logopeda es el profesional encargado de evaluar, diagnosticar y tratar estas dificultades.
  • Mi bebé de 24 meses no habla demasiado, suele decir mamá, papá, agua y poco más. ¿Es normal? ¿Debo esperar a que empiece en el cole? Me han dicho que no pasa nada, que “ya hablará”. A los 2 años se produce una explosión lingüística que hace que el niño tenga un vocabulario amplio y que consiga hacer ya frases de 2 y 3 palabras. Si ese no es el caso, el “ya hablará” no es una alternativa. El logopeda evalúa, diagnostica y trata los problemas de lenguaje y habla desde la Atención Temprana.
  • Mi hijo, en ocasiones, se bloquea, repite varias veces las sílabas y las palabras. ¿Será evolutivo? ¿Se le pasará con el tiempo? ¿Qué podemos hacer nosotros? Si ve reflejado a su hijo en esta descripción debe consultar a un logopeda para resolver todas sus dudas, evaluar a su hijo y realizar un tratamiento adaptado a su caso, ya que quizá se estén describiendo los síntomas de una tartamudez.
  • A mi hijo le cuesta bastante leer. No le gusta escribir. Confunde algunas letras, se salta palabras o se inventa otras, no conseguimos que lea más rápido y tiene muchas faltas de ortografía. En este caso podríamos estar hablando de dificultades específicas del aprendizaje como dislexia, disgrafía o discalculia. Actualmente, no se acepta un diagnóstico antes de los 8 años, lo que nos hace llegar tarde a una correcta intervención. En ningún caso es necesario un diagnóstico, por lo que consultar al logopeda y comenzar un tratamiento adecuado será la mejor opción.

Ser padres es complicado, un reto, como ya se dijo, y no siempre tendremos la respuesta a las dudas y temores que nos abordan. La comunicación y la alimentación son habilidades complejas que podemos no controlar, por eso, es necesario contactar con el profesional adecuado, que nos guiará hacia las respuestas que necesitamos, en este caso el logopeda.

Espero que esta información haya sido útil y de interés. Puedes ver más información sobre la logopedia aquí. No dudéis en consultar sobre cualquier duda que os planteéis.

Bibliografía

Pino López, M. Inventario de desarrollo atención temprana abril ’12. Logopedia en Atención Temprana. Más Formación. Ciudad Real.

Almudena Ros Liarte

Logopeda en Promentium

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¿Estoy triste o deprimido? Síntomas y tratamiento para un trastorno depresivo

¿Estoy triste o deprimido? Síntomas y tratamiento para un trastorno depresivo

La tristeza es una emoción básica que aparece como respuesta natural a situaciones en las que experimentamos alguna forma de pérdida. El problema viene cuando se ven afectadas las diferentes áreas de nuestra vida, cuando es algo permanente en el tiempo y de gravedad considerable. Es ahí cuando la tristeza se vuelve patológica, derivando en depresión, pasando de ser una emoción a una enfermedad o trastorno mental. Para el diagnóstico de la depresión, de forma necesaria deben ser predominantes uno de los dos primeros ítems de la siguiente lista de síntomas (estado de ánimo deprimido o disminución importante del interés o el placer). En definitiva, hay una diferencia enorme entre estar triste o deprimido.

Síntomas

  • Estado de ánimo deprimido (triste, vacío, sin esperanza, lloroso, etc.). En otras ocasiones encontramos irritabilidad en lugar de tristeza, o inquietud y sensación de vacío con incapacidad para el llanto.
  • Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades que antes le gustaban.
  • Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso. Disminución o aumento del apetito.
  • Falta o exceso de sueño.
  • Inquietud o enlentecimiento.
  • Fatiga o pérdida de energía.
  • Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada, no simplemente el autorreproche o culpa por estar enfermo.
  • Disminución de la capacidad para pensar, concentrarse, tomar decisiones, etc.
  • Pensamientos de muerte recurrentes, ideas suicidas sin planificación, intento de suicidio o plan específico para llevarlo a cabo.

Tipos de trastornos depresivos

  • Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo. El rasgo central es una irritabilidad crónica, grave y persistente. Se diagnostica en niños.
  • Trastorno de depresión mayor. Cuyos síntomas con los descritos en este artículo.
  • Trastorno depresivo persistente (distimia). Estado de ánimo deprimido durante un mínimo de dos años, sin estar asintomático más de dos meses seguidos.
  • Trastorno disfórico premenstrual. Síntomas de depresión en la última semana antes del inicio de la menstruación, desapareciendo una semana después de esta.
  • Trastorno depresivo por sustancias, medicamentos o debido a otra afección médica.

Causas

La depresión está a la orden del día, siendo muy probable que a lo largo de nuestra vida alguien que nos rodea, o incluso nosotros mismos, padezcamos esta enfermedad. Puede darse en cualquier persona. No obstante, hay algunos factores que promueven que esto ocurra:

Estar triste o deprimido es totalmente diferente.

  • Acontecimientos vitales estresantes.
  • Acontecimientos adversos en la infancia.
  • Genética: heredabilidad aproximada de un 40%. Los familiares de primer grado de los pacientes con trastorno depresivo mayor tienen un riesgo de 2 a 4 veces mayor que el de la población general.
  • Padecer otras enfermedades: cáncer, dolor crónico, enfermedades degenerativas, obesidad, trastornos mentales, etc.
  • Consumo de sustancias.
  • Ambiente depresógeno: trabajo, hogar, etc.
  • Cambios hormonales.
  • Rasgos de personalidad como la inestabilidad emocional.

Recursos para la prevención de la depresión

  • Inteligencia emocional.
  • Ejercicio físico.
  • Comer saludablemente.
  • Hábitos de sueño adecuados.
  • Vida social activa.
  • Actividades agradables.
  • Mindfulness. Vivir el presente requerirá aceptación y perdón, así como consciencia y foco de atención en sí mismo y no comparación con los demás o necesidad de pensar en lo que piensan de nosotros.
  • Metas u objetivos realistas. De esta forma evitaremos frustrarnos y bajar nuestra autoestima.
  • Apertura al cambio, flexibilidad.
  • Cuida tu nivel de estrés: organización, gestión del tiempo, pausas relajantes, pedir ayuda cuando se necesita, etc. Aquí tienes un artículo sobre «Cómo Afrontar el Estrés» para profundizar más.
  • Evita el alcohol y otras sustancias.

¿Cuándo pedir ayuda profesional?

Es probable que el afectado no se dé cuenta de la gravedad de su situación, o que la misma sintomatología le impida pedir ayuda, por lo que las personas cercanas deben estar pendientes de ello, como después veremos. Algunos indicios de que la enfermedad está avanzando y de que se requerirá ayuda profesional pueden ser:

  • Cuando esa tristeza, desesperación o abatimiento perdura hasta el punto de cambiar nuestra vida cotidiana.
  • Continuos pensamientos negativos.
  • Falta de higiene personal.
  • Aislamiento social.
  • Falta de apetito.

¿En qué consiste el tratamiento de la depresión?

Cuando los síntomas son graves e incapacitan a la persona para su trabajo con el psicólogo es de gran ayuda el tratamiento farmacológico.

Sin embargo, la evidencia científica nos ha demostrado que el tratamiento combinado (tratamiento farmacológico y tratamiento psicológico) funciona estupendamente para depresiones graves, y muchos estudios, como el citado en este artículo, indican que <<ambos tratamientos muestran resultados similares a corto plazo, (pero) los tratamientos psicológicos presentan mejores resultados a largo plazo, con una menor tasa de abandonos y recaídas>>.

Normalmente, en los tratamientos psicológicos se escogerán aquellas estrategias que sean más adecuadas para el paciente concreto y su sintomatología, pero en líneas generales el tratamiento constará de:

  • Psicoeducación, en la que el profesional explicará en qué consiste esta enfermedad y aclarará todas las dudas acerca de esta.
  • Retomar aquellas actividades que antes le resultaban agradables mediante un programa planificado, con el objetivo de conseguir una mejora del estado de ánimo.
  • Reducción de los niveles de ansiedad mediante relajación y respiración profunda.
  • Detección y modificación de los pensamientos negativos.
  • ¿Cómo puedo ayudar a un amigo o familiar con depresión?

A pesar de su alta prevalencia en la sociedad actual, no siempre sabemos cómo apoyar o ayudar a alguien que tiene depresión, cayendo en tópicos que acaban exasperando al propio enfermo.

Recomendaciones

  • Debemos entender que la depresión es una enfermedad y aprender a conocer sus síntomas. En ocasiones nos encontramos con personas que creen que la depresión es propia de holgazanes, una señal de debilidad o fuerza de voluntad, etc. Nada más lejos de la realidad, la depresión es una enfermedad como lo son la diabetes, el cáncer, etc.
  • Ayudaremos a nuestro amigo/familiar a consultar y seguir un tratamiento adecuado. A veces, el mismo estado depresivo hace que la persona no se dé cuenta de lo que le pasa o no vea necesario solicitar ayuda, por lo que tu papel es fundamental. Puedes ayudarle a pedir una cita o incluso acompañarlo.

¿Cómo ayudar a alguien con depresión?

  • El apoyo debe ofrecerse manteniendo una cierta distancia, sin agobiar a la persona, dándole afecto y teniendo comprensión y paciencia. No debemos ser demasiado “maternales o invasores”, pues esto reforzaría su sentimiento de inutilidad.
  • Podemos motivarle a hacer cosas que antes le resultaban agradables,  sin forzar o exigir, siempre con paciencia y cariño.
  • Para animarle a hablar mantén una actitud abierta, sin desacreditar sus sentimientos, señalando realidades y ofreciendo esperanza.
  • Mostrar sensibilidad ante sus esfuerzos.
  • Un cambio radical de vida, vacaciones, trabajo, etc. solo retrasará el tratamiento.
  • Si hay niños o adolescentes que viven con la persona que sufre depresión deberemos explicarles lo que está sucediendo.
  • Cuando se encuentre mejor, deberemos dejar que retome sus actividades a su ritmo.

Ayudar a expresar las ideas de suicidio

Los signos de suicidio no siempre son fáciles de detectar. Deberemos estar alerta:

  • Expresiones como: “quiero acabar o salir de esto”, “deseo reunirme con seres queridos ya fallecidos”, etc.
  • Se ha desprendido de objetos de gran valor emocional.
  • Llama o queda con personas para dar las gracias o despedirse.
  • Quizás arregla sus asuntos personales o toma disposiciones testamentarias.
  • Cuando tiene lugar un alivio repentino de los síntomas (decisión de poner fin a su sufrimiento).

Si piensas que tu familiar o amigo tiene riesgo de suicidio contacta con su médico y éste te dirá cómo proceder. Mantente cerca y retira los objetos y fármacos potencialmente peligrosos.

  • El autocuidado es muy importante. Es esencial evitar el desgaste y el desaliento.
  • No existen culpables, nadie debe sentirse la causa de la depresión ni debe culparse a la persona deprimida. Recuerda que se trata de una enfermedad cuyo origen puede ser una mezcla de múltiples factores (biológicos, psicológicos y ambientales).
  • No estás solo. Hay expertos que están ahí para ayudarte, puedes confiar en ellos.
  • Encerrarse en una burbuja con la persona deprimida no es una solución ni para él ni para ti. No aparques tus proyectos ni renuncies a tu estilo de vida, sólo adáptalo a la situación.
  • Si te sientes desbordado no dudes en acudir a un profesional (médico, psicólogo, etc.) o asociación.

¿Tienes alguna duda?, puedes ponerte en contacto con nosotras a través de Whatsapp o del email.

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Sonia Otálora Ballester

Psicóloga en Promentium

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Investigación Internacional COVID-19

Investigación Internacional COVID-19

En estos momentos estamos realizando una investigación internacional sobre cómo está afectando personal y psicológicamente, en los países de España e Italia, la pandemia mundial del coronavirus COVID-19.

Trabajamos conjuntamente con nuestra colaboradora psicóloga en Italia, Celia Pedrero Ballesta, y que actualmente vive en primera persona la situación que acontece en Bérgamo.

En esta investigación analizamos datos de ansiedad y afrontamiento al estrés para contrastar varias hipótesis, como por ejemplo, que existe una elevada ansiedad en las personas que siguen trabajando de forma presencial o son un colectivo de riesgo (es decir, que por ejemplo presentan alguna enfermedad respiratoria). Pretendemos también que esta información sirva para adecuar los tratamientos psicológicos a las personas afectadas por esta situación.

Si estás interesado en participar, los cuestionarios son totalmente anónimos, y puedes acceder a ellos pinchando en los siguientes enlaces (disponibles versión española y versión italiana):

In questi giorni stiamo realizzando una ricerca internazionale riguardo come la pandemia di COVID-19 stia influenzando le persone e il loro stato psicologico. Ci siamo focalizzati sui due paesi piú colpiti in Europa, Italia e Spagna.

Stiamo lavorando insieme a una nostra psicologa collaboratrice in Italia, Celia Pedrero Ballesta, che sta vivendo in prima persona la gravissima situazione nella cittâ attualmente piú colpita, Bergamo.

In questa ricerca, basandoci sui dati sul livello di ansia e stress dei rispondenti, proveremo a discutere varie ipotesi. Un esempio potrebbe essere quello di misurare il livello di ansia provato dalle persone che ogni giorno lavorano a diretto contatto con il virus (medici, infermieri, cassieri, ecc). Cerchermo inoltre di rendere queste informazioni utili per poter delineare dei trattamenti psicologici adeguati alle persone condizionate da questa situazione.

Si fossi interessato/a a partecipare, i questionari son totalmente anonimi, puoi iniziare a compilarli cliccando sul link con la versione in lingua che preferisci.

Formulario COVID-19 (Versión española)

Formulario COVID-19 (Versión italiana)

Lleva aproximadamente 15 minutos rellenarlo, y con tu apoyo podemos conseguir datos mucho más exactos sobre la afectación psicológica actual y ayudar a más personas.

Ci vorranno circa 15 minuti per riempirlo, e con il tuo appoggio potremo raccogliere dei dati preziosi per aiutare di piú e meglio le persone affettate.

Por último, y no menos importante, deseamos de corazón que estés bien, tú y los tuyos. Por si es de tu interés, estamos ofreciendo acompañamiento psicológico gratuito para todas aquellas personas que se encuentren trabajando a diario y arriesgando su propia vida, especialmente sanitarios o personal hospitalario, fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, etc, …

Ultima cosa, ma non meno importante, speriamo vivamente che tu e la tua famiglia stiate bene e siate sani. Comunque sappi che stiamo offrendo un servizio di supporto psicologico gratuito a tutte quelle persone che si trovano ogni giorno a lavorare a stretto contatto con le persone e a rischiare la propria vita, dai medici ai cassieri, dai camionisti ai fattorini.

Agradecemos enormemente vuestra ayuda y difusión, y os mandamos todo el ánimo y fuerza del mundo.

Concludo ringraziandovi tanto per il vostro aiuto e cotributo a diffondere questo questionario. E cogliamo l’occasione per mandarvi un grosso abbraccio e un augurio di che tutto questo finirá al piú presto.

Raquel Navarro López

Directora del centro

Celia Pedrero Ballesta

Colaboradora Externa